Un ladrón muy tonto entró a robar en una casa y acabó subiendo al tejado de la casa y se bajó corriendo y por pendejo se quiso subir a la camioneta de la policía por el lado más difícil, un claro ejemplo de como no escapar de la policía. Como ya decíamos antes, muy listo no es o por lo menos no lo parece, que incluso acabó siendo arroyado por el policía.
Es que hay ladrones y ladrones que se creen ladrones, pero que no nacieron precisamente para robar. Seguramente, ahora mismo estará bien tranquilo en su celda con un enorme chichón después del porrazo que le dio el policía contra el suelo después de atraparlo. Si no quieren ser cazados por la policía, aquí tienen un buen ejemplo de cómo no hay que hacerlo… ser buenos.