Estos chicos han descubierto que tienen una bicicleta capaz de aparcarse por sí sola, por increíble que parezca. Y no es cuestión de dejarla caer sobre la pared como hacen muchos, la lanzan desde lejos para que ella misma haga el recorrido buscando el punto perfecto donde aparcar. Una proeza que nos deja dos momentos increíbles: primero ver cómo hace un trayecto largo sin caerse en ningún momento; segundo ver cómo se apoya contra la pared.
Ellos mismos están tan sorprendidos que han seguido practicando todos los días para perfeccionar la técnica de lanzar la bicicleta desde lejos y que acabe bien aparcada. Con un sistema así ya nunca tendrán que preocuparse de estar pensando en dónde dejarla porque será ella la que decida dónde quedarse.