La jugada que por poco acaba en un golpetazo para la periodista es tan simple como un lanzamiento que es contestado por el bateador, alcanzando una velocidad y una fuerza propias de un profesional. Pero afortunadamente allí se encontraba Evan Longorian, uno de los jugadores de beisbol más famosos en la actualidad y con una trayectoria que demuestra su calidad como jugador.
Como si tuviese ojos en la espalda, se da la vuelta en el momento justo y coge la pelota con la mano derecha desnuda, en una posición muy complicada que haría imposible que cualquier otra persona hubiese pido atraparla. Una acción increíble que consigue evitar que la reportera acabe con la cabeza hinchada por el golpe que se hubiera llevado, ganándose su gratitud probablemente para toda la vida.