Antes de comenzar toca la sesión de fotos, donde el fotógrafo le pide que pose con su padre junto a la piscina. Una instantánea de lo más emotiva, de esas que guardas para ver con el paso de los años y recordar lo mayor que se ha hecho tu hija. Pero no todo puede salir bien siempre, y cuando sale mal hay ocasiones que acaba de forma terriblemente cruel.
Por un descuido del padre ambos caen a la piscina, empapándose completamente y arruinando el día. Encima el padre sale enfadado, amonestando a la chica y sin pedir disculpas ni preocuparse por sus sentimientos. Esperemos que los próximos cumpleaños le salgan mejor a esta chica y pueda ser feliz de una vez.